Desde hace algunas semanas, he estado visitando
un sitio arqueológico que considero fascinante. Me refiero a la fundición
Inka-Diaguita de Viña del cerro, a unos pocos kilómetros de Los Loros, al
interior del Valle de Copiapó.
Fui muchos años atrás en un grupo de visita
conducido por Eduardo Aramburu, junto a mi amigo Poeta Cristian Muñoz. Recuerdo
bien que repare en que los muros de barro (reconstrucción de los años 80), tenían
algunos fragmentos de cerámica, lo que me impresiono bastante, pues lo
interprete como un error por parte de los que hicieron las reparaciones.
En esa oportunidad, me impresiono todo el
sentido lógico que tenía el recinto, pues como soy Ingeniero Civil en
Metalurgia, sé muy bien que es una Planta de beneficio de minerales y yo estaba
viendo una, solo que esta tenía casi 500 años!
Mientras recorría el lugar visualice la imagen
de varios diaguitas llevando mineral molido en llamas, vicuñas o alpacas y
descargando este material allí, en una cancha interior que está en el recinto
mas grande, el guía nos señalo que se trataba de una fundición y nos enseño
unos pircados circulares que identifico como hornos que estaban varios metros más
alejados en un sector con mucho viento.
También se nos mostro lo que correspondería a
una habitación para el jefe de la planta (fundición), todo me hacia sentido…
excepto una cosa… que era lo que procesaban y como lo hacían?
La respuesta la vine a escuchar un par de años
mas tarde en un congreso de metalurgia (Conamet), en la CCHEN (Comisión Chilena
de Energía Nuclear, La Reina, Santiago), en una charla dictada por el Profesor
David Fuller Brain, quien explico cómo funcionaban estos hornos.
Me quedo claro que se trataba de una especie de
horno del tipo flujo pistón, el que consistiría
en un cono truncado de una altura
considerable (1 o 2 mts) y que dispondría de un receptáculo de cerámica, para
el metal fundido, complementada además, con una entrada tubular bajo el horno, también
hecha de barro y piedras, orientada en el sentido del viento
El horno se alimentaba con óxidos de cobre
molido (quizás cuprita, crisocola o chalcantita), utilizando como fuente de energía
carbón de leña (quizás se trataba de Yaretas, por su alto poder calorífico).
El diseño era bastante simple, se cargaban
camadas de leña y carbón sobre un lecho de rocas, sobre un deposito cerámico situado
en la parte más baja del interior del horno, sobre las que se dejaba caer el
mineral molido, para luego encenderlo y dejar que por una abertura entrara el
fuerte viento que circula por ese sector, iniciando el proceso de fusión.
En realidad eso es lo que alcanzo a recordar,
probablemente varios detalles más los he olvidado, sin embargo hasta ahora no
me queda claro que solo procesaran cobre en este lugar.
En estas últimas visitas, he podido fotografiar
el lugar, el que se encuentra bastante bien conservado pese al deterioro propio
de este tipo de materiales y al habitual paso de “necios con pretensiones de
pasar a la posteridad” que han dejado sus brutales y típicos garabatos en los
muros con fechas de visita y datos del futbol nacional, como si a falta de un
libro solo les quedara marcar como única alternativa…
Una cosa me ha dado vueltas en el último tiempo
y tiene que ver con el hecho de que los inkas tenían al igual que varias
culturas ancestrales, un fijación constante con la astronomía y personalmente
no había encontrado información sobre esto, para este sitio, salvo mis propias
ideas, en la que bajo mi parecer, el croquis de la fundición se parece bastante
a la constelación de Orión (Las tres marías, para el que no la ubica).
Me explico, si uno ve la foto satelital de
Google Earth, podrá al menos tres cosas, estas son:
El recinto administrativo, que correspondería a
la estrella Betelgeuse, los tres sectores (con dos habitaciones cada uno) que
se encuentran hacia el noroeste de la construcción principal, las que corresponderían
al cinturón de Orión y finalmente, el Altar (Ushnu), que se encuentra en el
interior del recinto principal, la que tendría su correspondencia con la
nebulosa de Orión (M42).
Claro está que dicha imagen, estaría invertida,
según mi impresión, como si alguien estuviera debajo de este lugar observando
el cielo.
Quedo con la impresión, que quizás la orientación
de las huayras (los hornos), tendrían la misma dirección que tienen las tres
estrellas del cinturón, hacia la estrella Sirio, es mas da la impresión de que
hay algo allí, pero hasta donde recuerdo, solo un hay un espacio limpio.
Me había quedado con la impresión que no había nada
y que esta imagen mía era solo producto de mi ansiedad por ver cosas donde no
las hay.
Hasta que hace unos días di con un estudio
fabuloso realizado por el Arqueólogo chileno, Ricardo Moyano Vasconcellos,
quien el año 2010 publico su estudio “EL USHNU Y LA ASTRONOMÍA DE HORIZONTE EN
VIÑA DEL CERRO” (Volumen 42, Nº 2, 2010. Páginas 419-432), la que guardando las
proporciones con mi entusiasta y desinformada teoría, explica y detalla científicamente
los aspectos astronómicos de la construcción.
Resumidamente, se trata de un estudio científico
que da cuenta de algunos hechos astronómicos, tales como la orientación del
recinto hacia los solsticios y algunas efemérides lunares, que serian parte de
los rituales que probablemente se realizaron en el altar del recinto, además de
la ubicación de un gnomon, que habría servido como indicador de las horas del día.
Que mas decir, hay bastante información arqueológica,
sobre estos recintos en Chile, disponible en internet, los dejo con la
inquietud para buscarla y disfrutar.
No me puedo quitar de la retina, esa imagen de
mis tiempos de estudiante en la Universidad de Atacama, cuando visite este
bello lugar, la imagen de una planta metalúrgica, con sus respectivos procesos
de clasificación de minerales, molienda, fundición y despacho de metales para
el Inka.
Una gran y potente imagen!
Eso.
Estimado. Me alegro mucho que personas no necesariamente ligadas directamente al tema arqueológico e histórico se interesen en estos temas. Yo soy uno de ellos, Un casi arquitecto que trabaja en un humilde proyecto y que me gustaría utilizar sus fotos para incluirlas en mi memoria de proyecto. Saludos y gracias!
ResponderEliminarPor supuesto Patricio
ResponderEliminarSaludos
Bueno, he visto tus comentarios recién 6 años después que lo subiste. Fascinante la historia de este lugar y también lo del ushnu, a lo cual llegué por otro camino. Estoy por ir al lugar hace años y no he podido. Al igual que tú y Patricio, no soy del área arqueológica pero me ha ido interesando cada vez más la cultura diaguita. Saludos
ResponderEliminartodos somos entusiastas y se pasa muy bien yendo a ver
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